¿Qué no hacer?
1. Jamás le quites sus uñas
Estos
animales son cazadores por instinto, por lo que hacen uso de sus garras
afiladas para todas sus actividades. Se podría decir que son su orgullo
y en muchos países se practica indiscriminadamente la desungulación,
que consiste en retirar por completo las uñas, impidiendo su
crecimiento.
Tras este procedimiento los gatos se muestran ansiosos, seguramente adoloridos
y con cambios de comportamiento.
Lo
que sí puedes y debes hacer es cortarlas parcialmente, para que de esta
forma sea más difícil que tu gato te lastime durante el juego y que no
cause daños en tus preciados muebles.
2. No los obligues a nada
Estos animales van de un lado a otro sin pedirle
permiso a nadie. Difícilmente lograrás que te reciba efusivamente a ti y
mucho menos a las visitas. Si tratas de obligarlo a estar donde no
quiere o con quien no tenga confianza, de seguro recibirás una buena mordida o arañazo.
Lo
mejor es permitirles administrar sus movimientos y que sean ellos
quienes decidan cómo se sienten mejor. Eso sí: cuando deciden ser
impertinentes y entrometerse en donde nadie los ha llamado, sabrás lo
que es un ser insistente al que le importa poco lo que puedas llegar a
pensar de su actuar.
3. Evita asustarlos
La
mayor parte del tiempo los felinos permanecen reposo, siempre alertas
de las adversidades que se presenten, pues cuando están durmiendo o
comiendo, se encuentran en su estado más vulnerable.
Cuando decides sorprender a tu gato te das cuenta de que sus reacciones
llegan a ser ampliamente exageradas y, por qué no, divertidas para
algunos. Este acto está lejos de ser del agrado de tu mascota, ya que
con el tiempo llegarán a desconfiar de su entorno y lo verás acongojado
en un rincón.
4. No seas brusco
Si
posees un cachorro tu prioridad debe ser otorgarle una buena educación.
Si le enseñas a jugar de manera brusca, este se puede acostumbrar a
hacerte daño y al ser grande no sabrá medir sus fuerzas y se convertirá
en un problema difícil de controlar.
Tampoco
es prudente usar tus extremidades para jugar con tu gato, pues esto
fomentará que tú seas el juguete de ahora en adelante y sufrirás
constantemente por sus rasguños.
5. Permitir que se aleje de casa
Esta
es, sin duda, la práctica más peligrosa que puedes permitirle a tu
minino. Una vez él se dé cuenta que el mundo externo le merma todas sus
necesidades instintivas y territoriales, va a ser muy difícil
convencerlo de que estará mejor permaneciendo en su casa.
No es seguro cuánto recorre un gato en cada uno de sus paseos. Puede ser un par de casas o dos barrios enteros.
En su aventura se encontrará con más gatos defendiendo su territorio,
perros curiosos, personas furiosas y vehículos apurados.
Cualquiera
de los anteriores escenarios puede llegar a ser mortal para tu gato,
quien está dispuesto a vivir todos los peligros con tal de saciar su
curiosidad. Lo mejor es proveerle de juguetes y distracciones bajo la
protección y supervisión de tu hogar.
6.Darle alimento de mala calidad
El
mercado ofrece una variedad de productos alimenticios de diferentes
procedencias, por lo que debes tener muy en cuenta la etiqueta de cada
uno antes de proporcionarlos a tu gato.
Existen enfermedades que aparecen por el bajo consumo de agua,
lo que es común con una dieta seca como el concentrado. Por eso es
válido administrar alimentos blandos y especiales para evitar que se
bloquee el tracto urinario.
Suministrar
comida casera también puede llegar a ser perjudicial, por lo que debes
preguntar a tu veterinario de confianza cuáles serían los productos
adecuados, si es que prefieres no darle alimentos ya procesados.
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